La ley que regula el etiquetado de los alimentos y toda la normativa
existe, aunque ya se sabe que quien inventa la ley en ocasiones da pie a
inventar la trampa
Recordemos
términos como el conocido “bio” o «eco» que desapareció
misteriosamente de gran cantidad de productos tras una sentencia que marcaba
las pautas para llamar así a los alimentos que deberían encontrarse dentro de
estas denominaciones, bajo penalización a las grandes compañías
Las
denominaciones de los productos juegan con las palabras, adjetivos, imágenes,
en el nombre o en la descripción del alimento, usan términos que inducen a
confusión o bien omiten algunas palabras.
El resultado
es que el consumidor cree estar comprando y comiendo una cosa… y en realidad no
lo
¿Debemos
estar alerta?
De manera
general, sólo aquellas personas que tienen alguna patología, intolerancia,
alergia o preferencia alimentaria leen la lista de ingredientes en los
productos que adquieren
Aprender a
leer las etiquetas de los alimentos debería ser una cuestión de estado y ser
asignatura obligatoria en los centros escolares.
Nos
facilitaría el trabajo a los dietistas y sería una medida más que favorable
para evitar muchas enfermedades vinculadas al exceso en el consumo habitual de
ultraprocesados.
Lo que
callan las etiquetas
A veces la
clave está en la palabra que falta.
Todo en el
envase finge ser lo que tú crees que es, pero en realidad no lo dice en ningún
sitio: rallado o lonchas que no dice queso, picada que no dice carne.
Esas
palabras que faltan en la etiqueta no se omiten sin querer, o por azar, o
porque quieran acortar la denominación, sino porque, con la normativa en la
mano, lo que nos están tratando de vender no será queso, sino un preparado
lácteo, ni será carne picada sino un preparado de carne.
Debemos
estar atentos y leer, entender y comprender que dicen y lo que callan: esas
palabras que faltan deberían hacerte mirar con más cuidado la letra pequeña y
la lista de ingredientes.
Elegir
«alimentos» en vez de «productos»
Un último
apunte, pocas etiquetas encontraremos en los alimentos frescos, de temporada y
km 0.
Apuesta por
una alimentación sostenible. No es por moda, está en juego tu salud y la de tu
entorno a medio y largo plazo
Fuentes OCU y AECOSAN
Por Gentileza de Cristinatur